Ser terapeuta hoy en día puede llegar a ser complicado. No me refiero a la complicación que puedan presentar los casos con los que te encuentres en la consulta sino al tiempo y dedicación necesarias para ofrecer un servicio de calidad. Cada profesión requiere en mayor o menor medida cierto grado de especialización y perfeccionamiento. En la mayoría de los casos esto es algo inherente a la motivación de quien desarrolla la actividad. Es decir, un barbero hipster motivado con su trabajo querrá continuamente estar al día sobre los últimos tratamientos capilares de moda en Brooklyn para convertirse en el Eduardo Manostijeras de barbas más solicitado del barrio. Sin embargo, esto no significa que otros barberos igual de hipsters pero menos motivados por aprender consigan dejar más que satisfecha a su clientela. Las personas dedicadas una profesión asociada a la salud tienen que afrontar un reto adicional: enfrentarse a determinadas situaciones en las que el mayor o menor índice de éxito va a estar condicionado en gran medida por tu aprendizaje y experiencia. Digo en gran medida porque, aunque muchas personas -terapeutas y pacientes- sean felices creyendo que así es, la realidad es que no, las personas terapeutas, al menos los que nos dedicamos a la MTC, no somos dioses ni hacemos magia, somos igual de homo sapiens que tú y que el resto de la humanidad. Sin embargo, por la naturaleza de nuestro trabajo, se nos exige que afinemos un poquito más. Si voy a comprar mortadela bolognesa a la charcutería y quiero las lonchas de un grosor determinado porque es el ideal para mi bocata de pimientos del piquillo y bolognesa, no creo que si me las cortan más gruesas o finas mi estado de salud se vea mínimamente perjudicado. Si es así, quizás sea mejor que acudas rápidamente a un terapeuta, puede deberse a un problema grave (y no hablo del charcutero, o también). Como decía antes, aprendizaje y experiencia moldean la cualificación de todo profesional. Pero no siempre la motivación profesional consigue cuadrar con las exigencias de tus pacientes. Sin experiencia, pero con una pared repleta de diplomas de Acupuntura y MTC el terapeuta más empoderado puede verse en más de un apuro para hacer un diagnóstico diferencial certero durante los primeros meses de práctica. Con una dilatada experiencia y la certeza de que ya se ha aprendido lo suficiente como para defenderse bien, es posible que los tratamientos más recurrentes se resuelvan de manera muy eficaz pero se fracase en los casos que difieren un poco de lo aprendido. Diría que el aliño perfecto para este potaje de desarrollo profesional podría ser la combinación de una gran dosis de experiencia con pizcas de aprendizaje que se van añadiendo según vayamos necesitando durante la cocción. El otro día, en uno de esos momentos de relax que nos regala la vida, ojeaba IG y vi un post con una foto muy inspiradora en la que se veía un cartel de una agencia que rezaba: “Traducciones juradas; extranjería nacionalidad; creación de empresas; ayudas y prestaciones; autónomo recursos; jurídica y abogado”. No me habría sorprendido que también se asaran pollos y tuvieran un take away de cafés y cupcakes. Entonces recordé que muchas veces he visto tarjetas de terapeutas atiborradas de cualificaciones terapéuticas tales como: homeópata, acupuntor, naturópata, masajista, osteópata y flores de bach, por ejemplo. Ciertamente, entiendo que la formación en dos o tres de estas disciplinas puede compatibilizarse (solaparse) durante el desarrollo profesional de alguien,siempre que cuente con la motivación suficiente. Sobre todo si existe algún tipo de afinidad entre ambas, como pudiera ser el caso de dietistas que son homeópatas y naturópatas. En este caso, entiendo que a efectos prácticos puede seguirse una línea más o menos definida, marcada por una de estas tres terapias. Pero qué pasa si además de todo eso, también cuentan con formación como osteópatas y psicoterapeutas. Pues pasa que las leyes de la física espacio-temporal van a suponer un gran obstáculo para el desarrollo de la cualificación necesaria para ofrecer un servicio de calidad. Nunca he dudado de la capacidad ni del potencial del ser humano. Es más, pienso que estos son ilimitados. El problema es que el tiempo, tal y como lo conocemos ahora, en esta dimensión y en este plano del universo, es limitado. Quiero decir, si un día tiene 24 horas no se pueden estirar hasta 30 o 40, aunque haya mucha gente empeñada en ello. Esto pone unas barreras enormes a las posibilidades de desarrollo de ese maravilloso potencial intelectual. Vamos que o nos movemos a velocidades de mutante de Marvel o nos quedamos en el índice del primer libro. Creo que es importante diferenciar la acumulación (secuencial) fruto del tanteo y la prueba previas a una mayor especialización terapéutica, por un lado; y, por otro, el solapamiento permanente de conocimientos inconexos que no llegan nunca a proporcionar la cualificación necesaria para ver las cosas claras y actuar con mayor seguridad, ¿o sí?. Sentir curiosidad es algo imprescindible para alimentar la motivación en el aprendizaje, lo malo es sentir curiosidad por todo y querer ser competente en todo y pronto. No sé, quizás subestime la capacidad y el potencial mental de muchas personas. Quizás el tiempo real, no sea tan real. Quizás 60 minutos en mi reloj se extiendan 5 veces más en otros relojes. Lo que sí es real es el interminable proceso de aprendizaje de algunas disciplinas terapéuticas tales como la MTC-Acupuntura, MTC-Fitoterapia, Osteopatía, Tecnología de los alimentos, etc., en las que se sigue investigando, experimentando, haciendo ensayos clínicos, descubriendo nuevos enfoques de diagnóstico y tratamiento. Libros, seminarios, cursos, prácticas, observación directa, reuniones de grupos base, intercambios con otros profesionales… ¿Se puede realmente llevar todo esto, por cada una de las terapias desarrolladas, trabajar, tener una vida y dormir un mínimo de horas al día? Personalmente me parece algo inalcanzable. Soy consciente de que muchas personas, por diferentes motivaciones, deciden desarrollar su carrera apuntando hacia objetivos muy diversos y alejados entre sí. Teóricamente, tal y como se encarga de recordarnos frecuentemente la diosa griega Atenea Niké -aunque lo haga en forma de zapatilla deportiva, todo es posible si te empeñas. Sin embargo, no debemos olvidar que el trabajo de terapeuta supone en muchas ocasiones el sometimiento a muchas tensiones. La responsabilidad de tener en tus manos la salud de otras personas es un gran peso emocional. He visto a muchas personas dedicadas a la salud verse en algún momento vencidas por situaciones de frustración, desorientadas y con dudas sobre su potencial. Aceptar un fracaso ocasional puede ser más duro si te dedicas a la salud que si montas suflés, aceptar más de uno puede ser decisivo para más de una persona. Te animamos a que hagas caso a tu instinto. Si sientes motivación para hacer cosas muy diversas nunca dejes de hacerlas, simplemente sé consciente de que tienes un potencial maravilloso para ofrecer al resto del mundo pero un tiempo limitado para desarrollar todas sus facetas con éxito. Y recuerda que si realmente fuera posible hacerlo, correrías un peligro mayor: tendrías que tener cuidado de exhibir tus destrezas y alcanzar popularidad pues Google y la N.A.S.A te perseguirían para experimentar contigo.
1 Comentario
|
Autor
Fuera de su consulta, Alejandro disfruta a menudo de su bici, de algunos experimentos culinarios controlados y del chocolate en todas las combinaciones y temperaturas posibles. Archivos
Octubre 2020
Categorías
Todos Ciencia Dr Wang Ju-Yi Escepticismo Estudiante Acupuntura Fascia Fundamentos De MTC Jason Robertson Jié Localización De Puntos De Acupuntura Palpación Polarización Social Puntos De Acupuntura Teoría De Canales Tradición |
Foto utilizada en Creative Commons desde wuestenigel